Hace ya un año que ChatGPT irrumpió en nuestras vidas. En menos de un mes, esta aplicación de chat basada en inteligencia artificial generativa (Gen IA) alcanzó los 100 millones de usuarios. Cifras nunca vistas en un período de tiempo tan corto, que permiten intuir la capacidad transformadora de esta tecnología. De hecho, en la encuesta realizada por EY a 1.200 CEOs en julio de este año, el 65% están de acuerdo en que la IA es una fuerza que impulsa la eficiencia empresarial y, por tanto, genera resultados positivos para todos.
La inteligencia artificial no es nueva ni para los tecnólogos ni para las empresas, y está presente en multitud de tareas de nuestro día a día. Sin embargo, Gen IA introduce un salto cualitativo por su capacidad de generar contenidos en diferentes formatos (texto, audio o vídeo) ya sean nuevos o de resumen a partir de otros. Esto presenta un nuevo reto para las organizaciones a la hora de adoptarla con confianza, con velocidad y a escala.
La disyuntiva de adoptar o no la Gen IA ya no existe. La pregunta a la que deben de responder las organizaciones es cómo hacerlo, ya que esta tecnología va a formar parte de nuestras vidas y será impensable definir la estrategia de negocio y de digitalización sin considerarla parte esencial de la misma. Un camino que ha de hacer con confianza, teniendo en cuenta todas las implicaciones de riesgo, y de manera eficiente (con velocidad y a escala), considerando las posibilidades de la Gen IA para generar valor en nuestro negocio o, directamente, para transformarlo.
Una transición tecnológica que deberá empezar por una primera fase de adopción inmediata, que aproveche el ingente interés mediático generado. Un primer escenario en el que será necesario contar con el conocimiento dentro de la empresa que permita: asesorar en los posibles riesgos y establecer un gobierno de la tecnología; identificar y priorizar casos de uso en función de su impacto y esfuerzo de abordaje; y realizar una evaluación profunda para repensar tanto las plataformas tecnológicas como las capacidades humanas necesarias y su arquitectura tecnológica. Sin olvidar la relevancia de tener una buena estructura de datos y los propios datos.
Me permito resaltar en este punto, por su relevancia, las capacidades humanas para el desarrollo de esta tecnología que pasan por conocer las necesidades de talento y evaluar dónde será necesario reciclar, contratar o renovar conocimiento. Esto implica una reevaluación de los recursos humanos disponibles y la creación de programas de formación que permitan a los empleados adquirir las habilidades necesarias para trabajar con la Gen IA.
En un segundo paso, a medio y largo plazo, la adopción de esta tecnología deberá enfocarse, primero, en la transformación del negocio. La Gen IA nos va a afectar a todos y la empresa deberá asumir un papel de liderazgo para visionar su propia transformación y definir una hoja de ruta estratégica que permita alcanzarla. En este sentido, es esencial contar con líderes visionarios que comprendan el potencial de la Gen IA y puedan trazar un plan estratégico sólido.
De la mano de la estrategia se encuentran los posibles casos de uso que, al igual que en el horizonte inmediato, deben ser priorizados e implementados en función de un mapa de transformación y teniendo un sistema para medir el retorno de la inversión. La medición de ROI es crucial para evaluar la efectividad de las inversiones en Gen IA y justificar su continuo desarrollo y aplicación.
En cuanto a las plataformas tecnológicas, se ha de tomar la Gen IA como un componente crítico para gestionar y utilizar datos a escala. Esto implica la integración de sistemas avanzados de IA Generativa en la infraestructura tecnológica existente de la empresa, y la definición de una arquitectura de datos que permita el procesamiento de grandes volúmenes de información.
Para el capital humano, la Gen IA será muy útil de cara a aumentar la productividad siempre que se lleve a cabo una actualización de capacidades que potencie su uso. Las organizaciones deben invertir en programas de formación y capacitación para asegurarse de que sus empleados estén preparados para aprovechar al máximo las capacidades de la Gen IA. De este modo, se podrá alcanzar la inteligencia aumentada, concepto que considera la IA un complemento de mejora para la inteligencia humana en lugar de un sustituto. Un ejemplo claro de este aumento de la productividad son los desarrolladores de código, los cuales tendrán más capacidades de lenguaje y podrán reutilizar código, lo que acelerará el desarrollo de software y reducirá los costes.
En resumen, la adopción de la Gen IA puede ser un impulso para las organizaciones que desean mejorar su eficiencia y transformar su negocio. Sin embargo, es fundamental abordar este proceso de manera cuidadosa y considerar las recomendaciones mencionadas. Con una comprensión sólida de la tecnología, objetivos claros y un enfoque ético, las organizaciones pueden adoptar la Gen IA con rapidez y escalarla de manera confiable, abriendo nuevas posibilidades para la innovación y el crecimiento. Aquellos que sean capaces de abrazar esta tecnología de manera efectiva estarán en una posición ventajosa en el mercado y podrán liderar en sus respectivas industrias.